Вход/Регистрация
DE NAUFRAGIOS Y AMORES LOCOS
вернуться

VICTOR ORO MARTINEZ

Шрифт:

Sin embargo, despu'es de la primera hora que pas'e a pleno sol esperando por alg'un carro salvador que me recogiera, la sed comenz'o a anidar en mi junto con el nerviosismo y la incertidumbre por el futuro que me esperaba, y luego de hacer c'alculos y m'as c'alculos me dije que La Habana a'un me quedaba grande. Adem'as era la ciudad del verdadero Silvio, ?qu'e pasar'ia si un d'ia nos tropez'abamos, o si alguien denunciaba mi usurpaci'on de personalidad?, as'i que despu'es de un largo titubeo cruc'e para el otro lado de la carretera y comenc'e a pedir botella en sentido contrario. Era evidente que la suerte me acompa~nar'ia, pues apenas si hab'ia hecho un par de se~nales cuando un flamante auto ocupado por turistas espa~noles se detuvo a mi lado.

_ ?Me adelantan un poco, por favor?_ les ped'i con voz melosa.

_ ?Pero usted…?

_ ?Yo qu'e…?_ pregunt'e a mi vez, temeroso.

_ ?Usted no es…?

_S'i, yo mismo_ me decid'i a tomar la iniciativa _, pero, ?me dan el avent'on o no?

Yo sab'ia que en Espa~na se dice avent'on, si les llego a pedir una botella quiz'as me hubieran tomado por un alcoh'olico empedernido y ambulante y hubieran salido de all'i chillando gomas. Fue un viaje id'ilico: aire acondicionado, m'usica, numerosas paradas en cafeter'ias y restaurantes para merendar y en definitiva me queda la tranquilidad de esp'iritu de que con mi boca nunca les ment'i, porque en realidad nunca les dije que fuera Silvio, ellos lo asumieron por s'i mismos. S'olo les ment'i un poquito, es verdad, al manifestarles que mi coche se hab'ia averiado. La aver'ia era falsa por supuesto…y del coche ni hablar.

Eran una linda y cr'edula pareja, Irene y Jos'e, ella de Murcia, 'el de Alicante. Durante un tiempo prolongado mantuvieron correspondencia conmigo, incluso tuve que invertir algunos pesitos y mandarles varios discos de “mi autor'ia”, autografiados y todo. En definitiva hasta Santiago no paramos, para all'a iban y decid'i que esa era mi opci'on mejor, si no era la capital, al menos la segunda ciudad en importancia.

Me desped'i de ellos con pesar, no pude hacerles creer que no iba a aquella ciudad a hacer un concierto, dec'ian que se quedar'ian con las ganas de verme actuar. Los pobres, no sab'ian que estaba actuando para ellos desde el mismo momento en que me recogieron, pero bueno, en realidad me consuela saber que ambas partes salimos beneficiadas de aquel encuentro fortuito.

Ya en plena ciudad decid'i aventurarme por el Parque C'espedes para probar credenciales y tambi'en all'i impact'e: miradas de asombro, sonrisas, saludos y mucho, abundante calor humano; bueno, humano y ambiental porque Santiago es la candela. El asfalto parec'ia hervir, por suerte debajo de los laureles la brisa se sent'ia fresca y un gran alivio experiment'e cuando me quit'e la mochila y la guitarra de la espalda.

?Qu'e hacer ahora? Ya hab'ia dado el primer paso, mi mente era un hervidero, me recomend'e relax y comenc'e a crear variantes de supervivencia. Por el prestigio y el honor de Silvio no pod'ia de manera alguna ponerme a cantar en plena calle o en el parque para ganarme la vida. Si se me hubiera ocurrido hacerlo, poniendo delante de m'i la gorra para que me arrojaran monedas, al otro d'ia hubiese salido en la prensa.

De momento contaba con unos doscientos pesos que generosamente me dieron familiares y amigos antes de partir, ellos me bastar'ian para un par de semanas a lo m'aximo. Buscar un alquiler era algo que ten'ia que priorizar, all'i no conoc'ia a nadie, pero todos me conoc'ian y ese razonamiento me tranquiliz'o. Me tranquiliz'o tanto que estuve a punto de quedarme dormido en el banco. La sensaci'on de sosiego me hizo sentir como una carnada en vez de pescador y asum'i que esa era la estrategia correcta, esperar para ver c'omo reaccionaban ante mi presencia, esperar para ver qu'e pez, o pececita mord'ia el anzuelo.

Estaba en esa semi vigilia casi embeleso cuando escuch'e unas risas frescas y alborozadas cerca de m'i. Un par de chicas dieciochoa~neras, que adivin'e eran del preuniversitario por el uniforme que llevaban se hab'ian instalado en el banco contiguo y hac'ian chistes con el objetivo evidente de llamar mi atenci'on. Como lo lograron les dediqu'e una sonrisa franca, pero me recomend'e paciencia, por situaciones similares ya hab'ia pasado en los pueblos cercanos a mi ciudad y sab'ia cu'al ser'ia el final de un posible encuentro concertado. Ellas estaban en el grupo porcentual et'aneo m'as alto de mis fans, si me hubiera acercado a ellas me esperaban muchas preguntas, petici'on de aut'ografos y canciones, frases melosas e intencionadas y muy posible una futura cita por la noche, era lo 'unico que pod'ian ofrecer. Mentalmente les ped'i disculpas y me dije que como carnada deb'ia reservarme para un pez mayor.

El pez mayor no demor'o en llegar, ya la hab'ia divisado en la distancia haci'endome blanco de escrutadoras miradas. Dio un par de vueltas por los alrededores y siempre tornaba la vista hacia m'i, a la tercera enfil'o directamente al banco donde me sentaba.

_ !Ay!, yo no sab'ia que usted fumaba.

Tendr'ia unos veintiocho o treinta a~nos, alta, esbelta, de tez canela, pelo lacio y abundante ?India o mulata?, me pregunt'e y la respuesta m'as acertada que encontr'e fue, !santiaguera nata! Un bello engendro con una voz melodiosa y una gracia visible en el semblante. Realmente hubiera preferido una rabirrubia antes que aquella morena, considerando los rescoldos aun humeantes de mi pasi'on por la Cardinale, sin embargo no estaba en condiciones en ese momento de hacer distinciones ictiol'ogicas y suponiendo que esa era la pececita que esperaba, le brind'e la m'as torcida de mis sonrisas.

_Bueno, ?y c'omo podr'ias saberlo?

_Es que usted es tan conocido y al menos en los recitales y entrevistas nunca lo he visto fumar. Cuando lo cuente a mis amigas no me lo van a creer, !el mism'isimo Silvio Rodr'iguez en el Parque C'espedes! De veras que nunca imagin'e que me pudiera pasar esto. Estoy tan nerviosa.

_Pues no tiene raz'on alguna para estarlo, soy tan mortal y tan cubano como usted o como cualquiera ?C'omo me imaginaba?, pero bueno, si'entese para charlar un rato, ?o est'a muy apurada?

  • Читать дальше
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • 6
  • 7
  • 8
  • ...

Ебукер (ebooker) – онлайн-библиотека на русском языке. Книги доступны онлайн, без утомительной регистрации. Огромный выбор и удобный дизайн, позволяющий читать без проблем. Добавляйте сайт в закладки! Все произведения загружаются пользователями: если считаете, что ваши авторские права нарушены – используйте форму обратной связи.

Полезные ссылки

  • Моя полка

Контакты

  • chitat.ebooker@gmail.com

Подпишитесь на рассылку: