Вход/Регистрация
DE NAUFRAGIOS Y AMORES LOCOS
вернуться

VICTOR ORO MARTINEZ

Шрифт:

Despu'es que estuve dentro sent'i miedo de que me fueran a descubrir en la jugada y con el alboroto saliera preso o botado de all'i, pero ya estaba dentro y no hab'ia marcha atr'as posible. Bety me acost'o en su litera y puso el mosquitero prometiendo volver enseguida. El en seguida se convirti'o en casi una hora, durante la cual me di gusto vacilando culitos tiernos, peluqueras, teticas lim'on y tetonas mel'on. Ya estaba en punto de frenes'i cuando Bety se col'o dentro de la litera. Me palp'o mis partes sin recato, as'i era como te quer'ia, me susurr'o, para que no pase lo que anoche en la presa !Ven mi patico!

!Ay Dios m'io, qu'e noche aquella!, y as'i fueron muchas m'as, todas las noches siguientes, intensas, fren'eticas, alocadas, como la vez que decidimos sacar a uno que le dec'ian Pato Oyuyo y que era una piedra despu'es que se dorm'ia, con litera y todo para el 'area de formaci'on. El susodicho usaba unos calzoncillos de patas largas y cuando despert'o en medio del coro que le formamos, hembras y varones, se levant'o de un brinco, pero enca~nado como estaba, parece que de retener los deseos de orinar, se le sali'o el aparato aquel por la pata del calzoncillo y lo que se arm'o all'i fue el acabose. Quer'ia fajarse y todo, se cag'o en la madre de los culpables, pero nadie salt'o. Yo por si acaso, en silencio, me cagu'e en la suya mil veces.

Las ca~nas guataqueadas yo no s'e si agradecer'ian el tratamiento que le dimos, pero yo s'i agradec'i y agradezco todav'ia a Ricardo y a Bety, a Luis y muchos otros aquellos d'ias pasados all'i y que todav'ia hoy recuerdo con agrado. A mi rubita le promet'i en la despedida del campamento ir a verla antes de abordar el barco que los llevar'ia hasta Odesa. Se llev'o mi direcci'on para enseguida que llegara escribirme y que de esa forma no se perdiera la comunicaci'on. Jur'o que me quer'ia y hasta yo sent'i de verdad nostalgia y dolor por separarnos. Cantando las viejas estrofas de “Reloj” y pidi'endole que no marcara las horas porque 'ibamos a enloquecer, con un beso largo y un abrazo interminable nos despedimos.

A la Habana llegu'e una noche lluviosa dos d'ias antes de que comenzara el Onceno Festival de la Juventud y los Estudiantes. La Colmillo Blanco en que viaj'e era la mar de c'omoda, pero apenas si pude disfrutar en el trayecto de las bellezas del paisaje, para m'i casi desconocido, pues el chofer, un aprendiz de esquimal, ten'ia el aire acondicionado a todo meter y me temblaba hasta la quijada de arriba. El shock hipot'ermico debe haber sido el culpable de mi maltrecha estampa cuando descend'i del 'omnibus, tal ser'ia mi facha que enseguida un polic'ia me pidi'o identificarme. Trabajo me cost'o convencerlo de que yo era un delegado de la Universidad Central al que se hab'ia ido la guagua que transport'o a los participantes del evento.

Libre de 'el, pero con la preocupaci'on renovada por mi seguridad, pues este hecho me ven'ia a confirmar que la polic'ia, en estos d'ias especialmente, iba a estar m'as activa que de costumbre y por tanto deb'ia cuidarme de no ser sorprendido en mis proyectos de plagio. Cruc'e la Avenida Boyeros y deambul'e entre los kioscos, vac'ios a causa del mal tiempo, de la Feria de la Juventud. Una malta y un par de panes con croquetas calmaron mi apetito ?Ad'onde ir? La idea que tra'ia era acercarme a la Escuela Vocacional Lenin, que ser'ia una de las Villas de alojamiento de los visitantes al evento, pero realmente no sab'ia d'onde esta se encontraba, ni c'omo llegar hasta all'i, de contra la lluvia continuaba y volv'i a tiritar. La CUJAE era la otra opci'on y una m'as remota, por la lejan'ia era pernoctar en casa de mi t'io Alfredo, el padre del hu'erfano, que viv'ia en Bauta. De esa 'ultima idea desist'i de inmediato.

Esta era apenas mi segunda visita a la Habana, la anterior hab'ia sido como diez a~nos antes, as'i que poco pr'actico como estaba para deambular sin direcci'on, decid'i pasar la noche en los bancos de la Lista de Espera de la Terminal de 'Omnibus. Me encontr'e all'i un hervidero de gente tirada en el piso sobre cartones y ni un huequito siquiera en un banco donde reposar mi huesos. Me entraron unas ganas tremendas de regresar a casa, a mi camita tibia, hac'ia m'as de un mes que no sab'ia nada de mi madre, abuela, hermano y primo. Las defensas comenzaron a ceder ante la tentadora idea del regreso y la obtenci'on del perd'on familiar y ya casi estaba decidido a apuntarme en la Lista de Espera para volver a Santa Clara cuando tres j'ovenes amulatados se me acercaron.

En seguida me puse alerta, pues ten'ia conocimiento de los maleantes y embaucadores habaneros que merodeaban por las terminales y timaban a los pasajeros que ve'ian con cara de guajiros, pero no, era mi salvaci'on lo que el Destino pon'ia en mis manos. Por lo que pude entender con mi fam'elico ingl'es, supe que eran egipcios y que andaban extraviados, hab'ian llegado el d'ia anterior para el Festival y ansiosos por conocer la ciudad y su gente salieron a dar una vuelta, se empataron con unas muchachas habaneras que los engatusaron y robaron los d'olares que tra'ian. De pronto me alumbr'e y les pregunt'e por los pasaportes, por suerte los conservaban consigo, para no llamar mucho la atenci'on de posibles curiosos bajamos al piso inferior donde era menor la multitud y les hice creer que yo era un estudiante nicarag"uense tambi'en delegado al Festival y promet'i ayudarlos. Un r'apido c'alculo de mis finanzas me demostr'o que bien val'ia la pena gastarme diez pesos y alquilarles un taxi que los llevara hasta su albergue. Insistieron para que los acompa~nara pues tem'ian el rega~no del jefe de su delegaci'on, pero con el pretexto de que estaba all'i esperando por unos compa~neros m'ios que pronto arribar'ian me los quit'e de encima. Despu'es de media hora tratando de capturar un Chevy, logr'e que uno los llevara. En la despedida, con fuertes abrazos incluidos, me las arregl'e para extraer los papeles del bolsillo de uno de ellos.

As'i es la vida, en apenas unos minutos me hab'ia convertido en Ahmed el Meligui, natural del Cairo y con alojamiento en el Pedag'ogico Varona. Indudablemente que por aquel lugar no podr'ia ni asomarme, pero tener en mis manos una credencial para mostrar a las autoridades y entrar en los lugares de los eventos era un gran logro, algo con lo que no hab'ia ni siquiera so~nado. Me quedaban veinticinco pesos.

Amaneciendo llegu'e a la escuela Lenin, al parecer all'i hab'ian trabajado toda la noche recibiendo delegados, porque numerosas personas caminaban a'un a esa hora por los pasillos y 'areas exteriores. Me colgu'e del cuello la credencial y haciendo uso de un acento extra~no empec'e a mascullar un espa~nol que para cualquiera era leg'itimamente extranjero, as'i supe donde se encontraba el comedor, mi primera e inmediata meta, ya que nada me apetec'ia m'as, ni m'as agradecer'ian mis h'umedos huesos que un caf'e con leche bien caliente y un pan con mantequilla. En el comedor, amplio y encristalado hab'ia para escoger: yogur, malta, helado, leche fr'ia, frutas, ensaladas, dulces, pero caf'e con leche ni para un remedio. Tuve que conformarme con un par de bocaditos de jam'on y queso y una taza bien llena de t'e caliente. Pregunt'e despu'es, para quitarme el susto, qu'e delegaciones se hospedaban en la escuela, pues me hubiera visto en un aprieto si alguien se dirig'ia a m'i en 'arabe, idioma en el que s'olo sab'ia decir Salam Alekum, por suerte all'i primaban delegados latinoamericanos y de la Europa socialista.

  • Читать дальше
  • 1
  • ...
  • 4
  • 5
  • 6
  • 7
  • 8
  • 9
  • 10
  • 11
  • 12
  • 13
  • 14
  • ...

Ебукер (ebooker) – онлайн-библиотека на русском языке. Книги доступны онлайн, без утомительной регистрации. Огромный выбор и удобный дизайн, позволяющий читать без проблем. Добавляйте сайт в закладки! Все произведения загружаются пользователями: если считаете, что ваши авторские права нарушены – используйте форму обратной связи.

Полезные ссылки

  • Моя полка

Контакты

  • chitat.ebooker@gmail.com

Подпишитесь на рассылку: